José Luis Serzo es ante todo un artista coherente y valiente. Coherente consigo mismo y su trayectoria. Y valiente porque crea su obra al margen de lo que digan las tendencias predominantes del arte contemporåneo. Nos sentamos con él con motivo de su exposición en el Museo ABC y lo primero que le preguntamos es sobre el origen del proyecto.
Es el artista invitado el que elige y conecta un par de obras, en este caso una del Museo ABC y otra de la FundaciĂłn Santander, y a partir de ahĂ construye una serie nueva.
¿Cuål es tu método de trabajo?
Yo retomo mĂ©todos antiguos, clĂĄsicos, con la intenciĂłn de intentar lanzar una nueva mitologĂa. No va en la lĂnea de encajar en una tendencia concreta porque, aunque soy consciente de lo que ocurre hoy en dĂa, quiero que conecte con una parte autĂ©ntica y verdadera, universal.
ÂżTe dejan libertad o te dan directrices?
No me dan ninguna directriz, este programa surge, como muchos programas de otros museos, para reactualizar sus colecciones y que estas no se queden en el fondo de un cajĂłn o en archivos inaccesibles. EstĂĄn muy bien para que se lance una nueva mirada y se refresquen esas colecciones con la mirada de un artista actual que estĂĄ construyendo un nuevo futuro en el arte.
ÂżDĂłnde diriges tu mirada para empezar a trabajar?
No puedo alejar mi vida personal de la artĂstica porque es lo mismo para mĂ. Mi obra tiene un parte autobiogrĂĄfica pero extrapolada a un mundo universal a travĂ©s de la metĂĄfora, la cual tiene mucho de narrativa fantĂĄstica, pero que son al fin y al cabo historias verdaderas. La ficciĂłn no es necesariamente algo falso o una mentira. Yo no tengo claro lo que diferencia lo real de lo fantĂĄstico porque toda da realidad tiene un lado fantĂĄstico y toda fantasĂa una parte de realidad.
ÂżCĂłmo describirĂas tu obra?
Es una realidad paralela cargada de sĂmbolos y referencias que me han nutrido como persona. Mi obra es incluyente, aditiva, que conjuga lo que me configura como persona âcultaâ, en el sentido de que toda la cultura que me ha formado estĂĄ ahĂ, me guste o no. Lo que es bueno para uno es bueno para todo, mĂĄs es mĂĄs. Trato de avivar una esperanza, soy muy excesivo o barroco como reacciĂłn a una generaciĂłn que ha sido precisamente reduccionista de muchas cosas.
El nihilismo del arte.
Parece que no nos podemos creer ya nada. Esa enseñanza de los conceptuales que refleja muy bien esa idea de que si podemos poner un caballo en sala, para qué representarlo, es ese atajo que escogió el arte en un momento dado y que estuvo muy bien porque refrescó y lo aireó de unos vicios en un oficio relamido y pesado, y propuso empezar de nuevo, a replantearse todos esos métodos de trabajo, ese virtuosismo. Sin embargo, hoy lo mås antiacadémico es dibujar como un renacentista, por todo lo que eso te presta para crear una historia que emocione.
ÂżTe interesa el academicismo?
No me interesa la virtud por la virtud. Pienso que todo va unido: el artista virtuoso tambiĂ©n tiene que saber cristalizar todo lo que estĂĄ ahĂ y es etĂ©reo. El artista es el que condensa todo lo que existe y, para eso, el oficio o la virtud son muy necesarios. Pero para mĂ no es solo algo acadĂ©mico el virtuosismo. La virtud para mĂ es la honestidad con tu trabajo, no tanto una tĂ©cnica. Si me preguntas para quĂ© o por quĂ© trabajo, cĂłmo lo hago, te responderĂa que para emocionar, he de sentir que soy capaz de abrazar a un desconocido mĂĄs allĂĄ del tiempo y del espacio, es decir, que cuando esas personas anĂłnimas vean mi obra en las antĂpodas o cuando yo me haya muerto se sigan emocionando a pesar de mĂ. Eso me motiva para trabajar, mĂĄs allĂĄ de pertenecer a un estilo o tendencia.
ÂżTe identificas con los artistas actuales?
HacĂa años pensaba que estaba dentro de algo diferente, pero ahora hay una generaciĂłn de artistas que retoman como yo otra vez esta forma de trabajar sin prejuicios y empiezan a mirar al mundo de la pintura y el dibujo, e incluso el de la ilustraciĂłn, que ha estado muy denostado en el mundo del arte, de una forma que intenta reconstruir la belleza. Somos artistas que sĂ estamos venciendo ese gran prejuicio que nos inculcaron: que la belleza tiene que desaparecer del lenguaje artĂstico. Antes parecĂa que habĂa que ser transgresor, crĂtico, morboso, provocador para ser artista, pero creo que hay una resistencia, una especie de acciĂłn-reacciĂłn, no tanto para provocar, sino que sale sola como un pĂ©ndulo. A veces no sĂ© si el artista reacciona a una tendencia o la tendencia sigue al artista de un modo u otro.
ÂżCĂłmo es tu proceso creativo?
Me resulta difĂcil definirlo. Depende. No tengo una metodologĂa concreta. Me muevo por impulsos y por intuiciĂłn. La matemĂĄtica no me suele funcionar, aunque luego estĂ© detrĂĄs de todo. Llevo a cabo esa idea de que cuando uno es libre (la libertad es algo que trato de mantener y no perder por encima de todo) el gozo es el impulso absoluto. Si se fuerza, malo. Claro que en el proceso hay mucho sufrimiento y dolor, pero, al menos en mi caso, que trato de aportar algo bueno a la sociedad, no quiero que mi obra sea algo donde lanzar vĂłmitos que el otro se tenga que tragar. El arte puede ser una terapia, pero no un saco de boxeo para que sean los demĂĄs los que tengan que lidiar con Ă©l. El espectador se merece un respeto, hasta que se demuestre lo contrario, porque siempre he preferido ser antes una persona que un artistas. Mi obra tiene que estar estructurada hacia ese placer, ese gozo que es una semilla que el espectador se lleva para que germine y florezca mĂĄs tarde.
¿Por qué es tan oscura tu obra?
En mi obra hay un punto inquietante, de oscuridad, porque yo mismo la tengo. Me quedan muchas sombras y penumbras en mi vida, por eso mismo no puedo estar haciendo una obra luminosa, porque en mi vida no tengo luz. Pero siempre hay, o intento que haya, ese punto de luz al final de tĂșnel, que siempre exista una esperanza. Hay algunas de mis obras o series que repelen a la gente porque son mas duras, y ello se explica porque coinciden con momentos de mi vida que han sido igual de difĂciles. Incluso en esta exposiciĂłn, donde estoy tratando de retomar la esperanza mĂĄs conscientemente con el juego de la construcciĂłn de una gran obra que Blinky y Maya, mi alter ego y mi hija (y que es como se llama la propia serie: Ensayos para una gran obra), siempre estĂĄ esa tensiĂłn que ofrecen las flores y las calaveras: la esperanza y la belleza por un lado y, por otro, ese memento mori o recuerdo de que somos seres mortales, mera materia que se termina evaporando.
Para los que no conocen tu obra hasta el momento, ¿Quién es Blinky?
Blinky soy yo y estĂĄ en todas mis obras. Hay personajes que han ido apareciendo en series mĂas pero tambiĂ©n hay personajes nuevos en esta serie de âConexionesâ que luego pueden seguir o quedarse como anecdĂłticos y no representar mĂĄs simbologĂa.
¿Qué te ha interesado de las obras elegidas para conexionar?
Me gustĂł retomar el prejuicio de lo kitsch y construir esa tramoya de hacer una alegorĂa para mejorar el mundo. El ser humano estĂĄ intentando siempre pasar del sufrimiento carnal y llegar a un punto elevado, de trascendencia y liberaciĂłn del espĂritu. Se ha visto en la ciencia y el arte una manera de vencer a la muerte. Yo trato de manifestar eso tambiĂ©n con mi mundo y personajes. Deseo que mi hija, como un alter ego mĂo a travĂ©s de mi propio alter ego que es ademĂĄs tambiĂ©n su hija, sirva para impulsar la esperanza que se va apagando a lo largo de la vida porque las cosas no son como nos gustarĂa.
Eso es un canto al positivismo.
Soy siempre muy positivo y quiero trabajar conscientemente el optimismo. Es el optimista el que construye el mundo, el que sube a la montaña. El pesimista al final va a cuestas del optimista, que es el que ve la posibilidad de vencer una imposibilidad. Blinky, a través de su hija, y Maya, a través de su inocencia, construyen una obra que pueda emocionar y contar una historia verdadera a través del engaño.
ÂżQuĂ© se vea el engaño no podrĂa quitarle fuerza a la obra?
En mi obra se ve la tramoya, muestro ese atrezzo, mentira o trampantojo y que resulta muy postmoderno en el sentido de que se muestra el truco. Mi madre era directora de teatro de mi pueblo y yo me crié con esa construcción de historias, de cómo se construye una obra para que el que esté abajo mirando se la crea, aunque sepa que es mentira. Como un niño al ver un guiñol, que ve trapos mal hechos, pero se emociona, se olvida de todo en ese momento. También que esa tramoya sea un recurso para disfrutarlo aunque tenga esas partes oscuras.
ÂżCuĂĄl es el origen de tantos personajes?
En esta serie tambiĂ©n hay recopilaciĂłn de personajes pasados que he sacado el cajĂłn escenas que desechĂ© y quiero que otra vez tengan sentido, porque todo tiene sentido en mi vida: todo lo que hago en mi vida me conduce a donde estoy, como decĂa Steve Jobs. El guiĂłn de nuestra vida no se sabe dĂłnde va, es una incertidumbre que puede causar angustia, pero que se convierte en el motor de todo. ÂżPor quĂ© gusta el fĂștbol? Porque no se sabe quĂ© va a pasar (risas).
El artĂculo original lo puede encontrar en Conectando con Serzo